En alguna ocasión has tenido una ligera inflamación de los parpados que además, de fastidiosa puede llevar a ser dolorosa. A la misma, se le denomina blefaritis, y es necesario que conozcas este problema a profundidad. De hecho, todo lo que implique a nuestra vista es sumamente delicado, su estructura es muy especializada y la función que se le asigna a cada parte, insustituible. En los parpados precisamente se concentra la protección primaria de los ojos, y de allí la importancia de este tema. A continuación te explicamos qué es la blefaritis, causas, tratamiento y como evitarla.
¿Qué encontrarás en este artículo?
¿Qué es la blefaritis?
Como indicamos anteriormente, se trata de una inflamación de los parpados, que se caracteriza por el enrojecimiento del área, una sensación de dolor punzante y la secreción de líquido que termina formando los que denominamos popularmente lagañas. El dolor es consecuencia de la delicada condición del parpado, especialmente en el área final donde se presenta un arco relativamente duro que al inflamarse, causa sensación molesta porque no drena la inflamación.
Quien puede sufrir de blefaritis
Es una dolencia bastante común, que generalmente observamos en los niños. Sin embargo, los estudios realizados en torno a su ocurrencia, señalan que la mayor parte de las personas la sufren en algún momento, pero con niveles de atención mínimo o con condiciones que no ameritan un tratamiento agresivo.
Causas de la blefaritis
Existen muchas condiciones que pueden generarla, sobre todo al estimarla como un problema bastante común. Sin embargo, algunos factores son más frecuentes, entre los que se encuentran:
- Infecciones bacterianas en los parpados o áreas cercanas a los ojos. Es la causa más común, sobre todo en niños que no controlan el ardor o picazón por razones externas y tienden a llevarse las manos a los ojos, causando la infección.
- Infecciones micóticas, similares a la anterior, pero producto de hongos en el ambiente.
- Trastornos en el funcionamiento de la glándula sebácea de Meibomio. La misma genera acumulación de fluidos que generalmente son desechados, creando las condiciones para la inflamación.
- La resequedad ocular, como producto de diversas causas, que a su vez genera resequedad en la pared interna del parpado y por lo tanto el mismo se inflama. Existe además, una condición correlativa entre ambas condiciones, una genera la otra independientemente de su ocurrencia. De hecho, se considera parte de un problema integral. Al mismo se le identifica como síndrome de blefaritis y sequedad ocular.
- Infecciones causadas por agentes parasitarios como los ácaros.
- Uso inadecuado de lentes de contacto.
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Un factor en común que debemos considerar es que casi todas estas causas, se unen en una misma condición. Cuando existe una infección inicial, las bacterias generan una bio película que se va acumulado, igual sucede con los hongos. Dicha película, constituye el alimento de los ácaros señalados y por eso la blefaritis tiende a convertirse en un problema crónico. Se agrava la situación, cuando entre estos factores estimulan la disfunción de la glándula de Meibomio, que reinicia todo el problema de la inflamación pero desde otro ángulo.
Síntomas
Existen muchas condiciones asociadas a la blefaritis, entre las que podemos encontrar:
- Ardor constante en los ojos al que se agrega una picazón molesta y continua.
- Costras en la base de las pestañas, similar a brotes de caspa blanquecina, que no se desprende fácilmente.
- Irritación ocular acompañada de un lagrimeo persistente y molesto.
- Sensación de tener arena en los ojos, como si tuviéramos un cuerpo extraño en el mismo. Ello a pesar que el problema es externo, pero existe esa sensación por la cercanía del parpado que la transmite.
- Perdida de las pestañas en casos avanzados y persistentes.
Tratamiento
A pesar de ser un problema relativamente sencillo de estimar y de manejar, muchas veces se requiere de asistencia especializada. Lo ideal es consultar a un oftalmólogo, sobre todo por la tendencia a aplicar tratamientos que pueden resultar inadecuados. Sin embargo, se pueden recomendar las siguientes acciones.
- Visita al oftalmólogo para descartar otros problemas asociados a la sintomatología de la blefaritis.
- Frotar suavemente los ojos para retirar la bio película que se forma por la acción de los agentes infecciosos.
- Compresas tibias para realizar una limpieza de la zona de los parpados y las cercanas. Los productos utilizados deben ser recomendados por el médico tratante. Generalmente se prescriben algunos productos como jabones especiales o toallas de limpieza medicadas.
- Uso de gotas oftálmicas, recetadas por nuestro médico tratante. Este punto es fundamental, no todos los organismos son iguales, algunos reaccionan de maneras diversas y contraproducentes, por ello, lo ideal es que sea el oftalmólogo, quien después de una correcta evaluación del problema, recomiende el producto a ser utilizado.
- Sí presentamos una tendencia al problema, por diversas razones, debemos mantener una rutina permanente de higiene y limpieza del área. En este caso, resulta esencial mantener limpia el área pero también nuestras manos y los materiales que utilicemos en el procedimiento.
- Existe opciones que debe ser realizadas en el consultorio de nuestro oftalmólogo como:
- Desbridamiento electromecánico del borde del parpado, realizado con un aparato especial.
- Pulsación termal, que disuelve el material que obstruye la glándula de Meibomio.
- Terapia de luz pulsada intensa, similar a la anterior, pero con haces de luz que disuelven el material excedente.
La blefaritis no es un problema grave en sí mismo, pero sí se descuida, puede ocasionar consecuencias graves en el largo plazo. Lo fundamental en este caso, es la higiene continua así como la visita regular al oftalmólogo para descartar otras condiciones.
