Una de las condiciones fundamentales para la visión adecuada se refiere a la presencia de luz suficiente. Sin la misma, la posibilidad de distinguir imágenes es limitada. Sin embargo, nuestros ojos reaccionan de manera efectiva a determinadas intensidades bajas de luminosidad lo que nos permite ver de noche con cierta comodidad. Seguramente no al nivel de algunos animales perfectamente adaptados para la oscuridad, pero sí en condiciones de relativa seguridad. Sin embargo, algunas personas no pueden hacerlo y sufren de lo que comúnmente se conoce como ceguera nocturna o nictalopía. En este artículo haremos referencia a sus causas y cómo manejarla de manera adecuada.
¿Qué encontrarás en este artículo?
¿A qué se conoce como ceguera nocturna o nictalopía?
Se refiere a una dificultad presentada por algunas personas que les impide parcial o totalmente la visión nocturna o con poca luz. Se puede hablar de intensidad de la reducción en dicha capacidad, más que indisposición absoluta y, por ello, se refiere a grados de disminución en la visión en sitios poco iluminados. En condiciones normales, nuestros ojos funcionan obturando o ampliando el rango de luz que permiten y esto facilita la visión en sitios poco iluminados, sin embargo, en algunas ocasiones esta condición es limitada por razones que explicamos más adelante.
Clasificación de la ceguera nocturna
Encontramos varios tipos de nictalopía según la situación particular de cada paciente, veamos cómo se clasifican:
- Estacionaria con fondo normal: se denomina de esta manera porque en el examen de comprobación se observa que el fondo del ojo luce normal. Se trata de una condición de nacimiento y que no avanza, de allí la consideración como estacionaria. Se encuentra asociada a la miopía alta.
- Estacionaria de fondo anormal: En contraposición al tipo anterior, en la evaluación oftalmológica, se puede observar algunas manchas en la retina. Dicha condición se relaciona con enfermedades como la retinitis, la enfermedad de Oguchi, la enfermedad de Kandori entre otras.
¿Qué causa la ceguera nocturna o nictalopía?
Fundamentalmente, se trata de un problema asociado a la percepción de colores que se verifica en ambientes de poca luz. En estos casos, normalmente apreciamos escalas de grises porque se activan los fotorreceptores denominados bastones. Sin embargo, cuando la retina presenta alguna enfermedad o existe alguna condición recurrente como la miopía, dicha capacidad disminuye.
Asimismo, la pupila se dilata para permitir la mayor entrada de luz posible, pero en casos en los que existe la nictalopía, se reduce el efecto positivo y se da una aberración esférica que hace que veamos halos de luz alrededor de los objetos.
Además, existen algunas condiciones previas que disminuyen la capacidad para captar la luz, como la presencia de cataratas. La opacidad del cristalino que caracteriza a esta dolencia, impide que la luz entre en condiciones óptimas. Lo mismo sucede con el glaucoma que reduce la capacidad del nervio óptico para la decodificación de información sobre la luz que entra al ojo.
Por otra parte, enfermedades concretas como el queratocono, la diabetes, la retinitis pigmentosa, o deficiencias en vitamina A, pueden generar una adecuada lubricación de la córnea que incrementa las dificultades en visión con poca luz.
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Principales síntomas de la nictalopía
Si bien lo esencial es que no vemos bien de noche, existen algunos indicios complementarios:
- Fallas en la adaptación a los cambios de luminosidad en un ambiente determinado. Comúnmente al entrar en una zona poco iluminada, cuando venimos de un ambiente normal en cuanto a luz disponible.
- Dificultades de enfoque en periodos nocturnos o vespertinos. Se nota, sobre todo, cuando tenemos dificultades en la conducción de vehículos a esas horas.
- Problemas de enfoque y reconocimiento de imágenes comunes que deberíamos identificar inmediatamente. Sucede, sobre todo, en el caso de los rostros, por sus características específicas.
El diagnóstico de la nictalopía
Cuando se sospecha de cualquier problema relacionado con nuestra capacidad y agudeza visual, lo primero es recurrir a un oftalmólogo para que evalúe nuestra condición. En estos casos, las particularidades de cada causa, crean la necesidad de tratamientos específicos para cada uno de ellos. El examen es relativamente sencillo y se relaciona con estudiar el fondo del ojo para comprobar alguna malformación o problemas asociados a miopía, manchas o similares. Asimismo, se examina la reacción de la retina a la luz, la agudeza visual y el índice de refracción.
Tratamientos para la ceguera nocturna
Como indicamos anteriormente, lo adecuado es identificar, primero que nada, lo que causa la ceguera nocturna. Una vez que se identifica, se procede a la evaluación de las alternativas de curación. Podemos observar por ejemplo:
- Los problemas refractivos como miopía alta, deben tratarse con asignación de lentes formulados para el problema. Asimismo, se puede optar por una cirugía láser o la implantación de lentes intraoculares.
- En el caso de las cataratas, la cirugía es la mejor opción. Es una intervención en la que se reemplaza el cristalino por un lente artificial que optimiza la entrada de luz.
- En los casos en los que la ceguera nocturna es producto de retinopatía diabética, el control es enfoque múltiple, pues se debe tratar la diabetes en primer término.
- En otros casos como la presencia del queratocono o con el glaucoma, la solucion es quirúrgica. En estos casos se implantan anillos intracorneales que detienen el avance de este tipo de dolencias.
Previniendo la nictalopía
Si bien en un problema que puede corregirse por otras vías, existen algunas alternativas para disminuir su ocurrencia. Entre otras, se recomienda la ingesta de alimentos ricos en vitamina A. Las principales fuentes de la misma se encuentran en los alimentos ricos en ácidos grasos omega 3 o en frutas como el arándano.
En todo caso, si presumes de la presencia de esta condición, la mejor opción es acudir de inmediato a tu oftalmólogo para que realice la evaluación correspondiente.