¿Cuántas veces hemos escuchado ambos términos asociados a la visión? En ocasiones, no nos detenemos a pensar en la posibilidad de algún tipo de diferencia sustancial y los asimilamos como una misma función. Y, de hecho, lo es. En términos generales, no existe diferencia entre el oftalmólogo y el oculista, porque ambos son los especialistas en medicina que se relacionan con el sentido de la vista.
Sin embargo, existe una presunción de diferencia por diversas condiciones, sobre todo de carácter lingüístico. En algunos países, el término oculista se refiere a quien se dedica a las técnicas específicas de mejora visual, pero en realidad, es solo cuestión semántica. Donde sí podemos encontrar una diferencia importante, es con el optometrista. A continuación, te explicamos algunos detalles de esta confusión.
¿Qué encontrarás en este artículo?
¿De dónde proviene cada término?
Es aquí, donde radica el verdadero problema a la hora de considerar a ambos conceptos. Veamos porque:
- La palabra oftalmólogo proviene del griego, y nos señala a un médico que se especializa en los ojos. Oftalmos se refiere a ojo y logos a conocimiento. En suma, se trata del especialista que conoce o trata los ojos.
- Oculista, por el contrario, proviene del latín. El prefijo ocu, viene de la palabra oculus, ojo en ese idioma. Por otra parte, ista, es un sufijo que identifica profesión, entonces, de nuevo, especialista en los ojos.
¿Por qué existe una confusión entonces?
Sencillo, las palabras suelen formar parte de una dinámica social, en cada región, país o continente incluso, significarán algo en función del entorno. En nuestro caso, la palabra oftalmólogo, nos suena más confiable y profesional. Por el contrario, oculista tiene un sentido que nos señala una actividad más concreta y directa solo sobre nuestros ojos y eso lo asimilamos con asignación de lentes o tratamientos leves.
Sin embargo, es un hecho que ambas palabras son sinónimas. Por ello, dependerá de las normas de cada país para la asignación de una u otra en los títulos de los médicos especializados en el área de la visión.
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De nuevo, ¿Por qué existe una confusión?
La otra posibilidad es que debido a que la palabra oculista nos remite a un manejo particular e instrumental, lo consideremos sinónimo de optometrista. En este caso, si existe una diferencia sustancial, porque se trata de un técnico que trabaja con los diferentes mecanismos artificiales a través de los que mejoramos nuestra vista. Lentes de contacto, anteojos entre otros.
Etimología del optometrista
Para entender cabalmente las diferencias, podemos hacer referencia a la etimología de la palabra. Es una palabra compuesta que proviene del griego, optos, significa ojos, metro, se refiere a medidas y el sufijo ista, implica actividad profesional. En conclusión, sería el técnico especialista en las medidas de los ojos. Recordemos que gran parte de las asignaciones tanto externas como de cirugía, se refieren con procesos como la refracción de la luz que se maneja en torno a mediciones específicas. De allí su nombre y actividad.
En este caso, si existen diferencias importantes, lo primero, un asunto de simple formación profesional. Mientras el oftalmólogo u oculista son profesionales de la medicina con especialización en los ojos y sistema de visión, el optometrista es un profesional técnico con manejo de elementos típicos de la optometría. Sin embargo, la relación e interdependencia son evidentes.
Campos de colaboración
Podemos afirmar que el oculista u oftalmólogo, se requieren cuando existe un problema médico propiamente dicho. El optometrista de hecho se relaciona con la asignación determinada por el primero.
Un campo de especial interés se refiere a la realización de ejercicios de educación visual prescritos por el oculista que el optometrista aplica y desarrolla de manera técnica. Su conocimiento le permite, adicionalmente, convertirse en el colaborador perfecto para intervenciones quirúrgicas realizadas por el oftalmólogo.
Entonces, lo que verdaderamente subyace es que ambos pueden considerarse complementarios. Un oftalmólogo depende de las actividades del optometrista para que sus diagnósticos se complementen con la curación o mejora de determinadas afecciones de la vista.