Una de las dolencias más comunes y menos comprendidas de la salud ocular es el glaucoma. Junto a las cataratas, representa la mayor estadística de enfermedades del ojo y de allí su importancia. El manejo adecuado de este problema es esencial porque no presenta muchos indicios cuando se encuentra en sus fases iniciales. A continuación, te ofrecemos algunos datos de esta enfermedad, sus causas y tratamientos.
¿Qué encontrarás en este artículo?
Primero, algunos datos sobre el funcionamiento del ojo
Para comprender a que nos referimos con el término glaucoma hay que entender cómo funciona el ojo. Este es un órgano sumamente sensible, cubierto de varias membranas que lo protegen. En su interior se encuentra un líquido al que denomina humor acuoso que es drenado a través de canales especializados.
Cuando este proceso no se verifica, el líquido comienza a crear una presión sobre el nervio óptico y esto es lo que va formulando la presencia del glaucoma. De hecho, el disco óptico, una estructura que funciona juntamente con el nervio, va perdiendo forma y la consecuencia es la pérdida gradual, pero inicialmente imperceptible, de la visión.
Tipos de glaucoma
El glaucoma se produce como consecuencia del drenaje irregular del humor acuoso. En función de este concepto, se presentan dos tipos básicos de glaucoma:
- En primer término, tenemos los glaucomas de Angulo abierto (OAG por sus siglas en inglés). Esto implica que existe un drenaje que recala, por así decirlo, en el ángulo. Existen variaciones tales como el glaucoma pigmentario, glaucoma de pseudoexfoliación, glaucoma secundario y glaucoma congénito
- El glaucoma de ángulo abierto, pero con presión normal, es una categoría para tomar en cuenta de manera especial. La razón es sencilla, los niveles de tensión son normales y por ello es difícil de detectar.
- El glaucoma de ángulo cerrado implica que el mismo se encuentra obstruido y que el fluido no encuentra salida.
Causas del glaucoma
Más allá de la degeneración propia de la edad en algunos casos, no existen causas sistémicas que puedan ser causantes del glaucoma. Generalmente, se trata de malformaciones congénitas y degenerativas que terminan por crear la situación que le da origen.
Síntomas del Glaucoma
Este es un punto extremadamente interesante porque se relaciona con lo que esperamos observar. Sin embargo, se afirma que el glaucoma es un “enemigo silencioso” porque sus síntomas aparecen repentinamente sin un aviso efectivo. Esto se debe a que la presión que termina por dañar el nervio óptico es lenta y progresiva. Allí radica su caracterización. Sin embargo, existen algunos síntomas que se van haciendo evidentes con el tiempo:
- Visión borrosa. En algunos casos se presenta un halo en imágenes con luz que hacen difícil su enfoque.
- Perdida de la visión periférica que es la primera manifestación llamativa del glaucoma, pero que normalmente pasa desapercibida. Sobre todo, en casos de personas entrando en tercera edad porque se confunde con la perdida normal de la visión por la edad.
- Nauseas o incluso vómito, producto de la presión alta y de la pérdida de visión que obliga a que hagamos un sobre esfuerzo para el enfoque.
- Perdida repentina y severa de la visión con recuperación relativa, es un anuncio de lo que vendrá y es un llamado de alerta para acudir a la urgencia oftalmológica.
- En el caso del glaucoma de ángulo cerrado agudo si se presentan dolores muy fuertes en la cabeza y perdida repentina de la visión.
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Algunas condiciones que facilitan la aparición del glaucoma
Si bien son solo previsiones de carácter estadístico, se han comprobado condiciones en las que el glaucoma es más frecuente. En algunos casos, se puede observar una correlación con los problemas de tensión, pero en otros es simplemente de origen genético.
- Diabéticos.
- Adultos mayores, como consecuencia de la degeneración propia de la edad. Sin embargo, es importante recalcar que esto no es limitativo porque es posible encontrar casos en niños recién nacidos.
- Personas con familiares cercanos que sufren de esta dolencia. Esto implica un riesgo de carácter hereditario, pero no es estadísticamente significativo. Sin embargo, es una razón para acudir con frecuencia a un despistaje para descartar su aparición.
- Personas afrodescendientes.
- Consumidores de esteroides por tiempos prolongados.
- Pacientes con tensión ocular elevada y prolongada.
Diagnosticando el glaucoma
Al ser una enfermedad silenciosa, su diagnóstico debe ser establecido a través de una revisión específica. La misma se trata de un examen que toma la presión interna ocular a través de un aparato identificado como tonómetro. La valoración de la tensión da una idea de cómo se encuentra la presión del humor acuoso y, por lo tanto, la probabilidad de un glaucoma.
Existen otros mecanismos más avanzados que utilizan tomografías e imágenes por resonancia magnética. En estos casos la idea es verificar cambios estructurales y, de esta manera, detectar problemas asociados al glaucoma.
Tratamientos para el manejo del glaucoma
Son tan variados como diferente es la intensidad en cada caso. Sin embargo, podemos reducirlos en función de sus características.
- Aplicación de gotas oftálmicas para disminuir la presión intraocular. Es efectiva en la medida en la que se utilizan al principio del problema.
- Medicación con productos farmacológicos que disminuyen la producción de humor acuoso o que permiten el drenaje con mayor facilidad. Alfa agonistas adrenérgicos son los más comunes en estos casos. También los beta-bloqueadores que bajan la presión intraocular.
- Cirugías especializadas, que se aplican según sea la gravedad del problema. En algunos casos la cirugía láser para reconstrucción o modificación del drenaje es lo más adecuado para la prevención.
Existen muchos otros tratamientos con medicinas especializadas. Sin embargo, es necesario acotar que estos datos son solo de carácter informativo. Nada sustituirá el consejo médico especializado al que debe acudir de inmediato en la presencia de cualquier síntoma.
Otro aspecto importante sobre el glaucoma y su tratamiento se refiere a la necesidad de adherirse al uso de las gotas oftálmicas recetadas desde el principio. Muchos casos, se complican porque las personas abandonan esta medicación, sufriendo las consecuencias que pueden llegar hasta a la pérdida total de la visión.