En algunos casos, existen alternaciones significativas en nuestros órganos oculares que pueden ocasionar molestias. Entre estas, figuran condiciones que estimamos como análogas de otras que aparecen en nuestro cuerpo. Tal es el caso de los nevus oculares, identificados como crecimientos pigmentados en el ojo, similares a los lunares de la piel. Cuando aparecen, seguramente surge la inquietud por lo desconocido, pero, en líneas generales, lo mejor es informarse para identificar claramente los riesgos verdaderos de los nevus oculares y como tratarlos.
¿Qué encontrarás en este artículo?
¿Qué son los nevus oculares?
También denominados nevos, se trata de crecimientos anómalos de carácter benigno que aparecen en nuestros ojos. Su posición es variada porque puede encontrarse en la zona frontal del ojo o incluso debajo de la retina. En muchos casos, que son los más comunes, aparecen al nacer, pero pueden hacerlo en cualquier etapa de nuestras vidas.
Por tratarse de formaciones anómalas, se deben considerar como susceptibles de permanente control, en función de la posibilidad que los mismos, adquieran un carácter maligno, generando un melanoma. Este último es un tipo de cáncer sumamente agresivo, que puede comprometer todos los elementos del sistema de visión.
¿Por qué surge un nevus ocular?
Las principales causas se asocian a procesos hereditarios, que predisponen su aparición. Ahora bien, su origen tiene que ver con la conjunción de melanocitos no distribuidos uniformemente y que se ubican en la zona ocular. Estos son los responsables de la pigmentación general de las estructuras corporales y en el ojo, específicamente determinan el color de los mismos. Cuando no se agrupan adecuadamente ni en la zona correspondiente, surgen los nevus oculares.
¿Qué síntomas presentan los nevus oculares?
Al tratarse de una aparición repentina y generalmente, no agresiva, los nevus, no suelen presentar síntomas significativos. Sin embargo, quienes los presentan, pueden apreciar un líquido que se desprende de los vasos sanguíneos alrededor del nevus.
Consecuencias de los nevus oculares.
No se trata de una situación que represente riesgos inmediatos. Al igual que con un lunar en la piel, solo el crecimiento anómalo y rápido, puede identificar algunas condiciones negativas. Cuando esto ocurre, pueden generarse:
- Desprendimiento de la retina, sobre todo en los casos en los que el abultamiento es significativo.
- Perdida de la vista, como consecuencia de las zonas afectadas y sobre todo cuando se genera un melanoma agresivo.
- Disminución de efectividad en el enfoque, asociada a la modificación de la estructura ocular.
¿Cómo diagnosticar la condición del nevus ocular?
La primera acción, una vez que hemos detectado la posibilidad de aparición del nevus ocular es acudir a un oftalmólogo. Aun cuando este no es un problema ingente o inmediato, debemos ser precavidos y vigilar su evolución. El especialista en este tipo de dolencias, mantendrá una correcta evaluación de su crecimiento o estabilidad. Lo ideal, es que dicho diagnostico sea realizado periódicamente, al menos cada seis meses, lo que permitirá tomar medidas tempranas para su corrección.
Por lo general, no se trata de una condición molesta y por ello, el examen, tampoco lo es. Sin embargo, debemos estar atentos a la posibilidad de un cambio en el color del iris, o al enrojecimiento de los ojos, sin razón aparente. Así mismo, es necesario evaluar la visión borrosa o un cambio significativo y diferencial entre los ojos.
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¿Se puede tratar el nevus ocular?
Pues la respuesta es múltiple. Al igual que con los lunares en la piel, todo dependerá de la evolución del mismo. El nevus puede ser benigno y no conformar un problema ni en el corto ni en el largo plazo. En estos casos, no se hace necesaria ninguna intervención. De hecho, no es recomendable ni siquiera por razones estéticas, porque una operación, en un área tan delicada, siempre implica riesgos inherentes al órgano afectado.
En el caso de convertirse en un melanoma, la situación cambia totalmente. En estos casos, existen algunas técnicas para extirpar el nevus ocular.
Eliminación del nevus ocular a través de cirugía.
Dependiendo de su ubicación y extensión, se realiza una extirpación quirúrgica. Los cirujanos oftalmológicos se encuentras preparados para enfrentar este tipo de intervenciones en las que se extrae el nevus en su totalidad. En la mayoría de los casos, se seccionan también partes del tejido anexo al nevus para eliminar la posibilidad de su reaparición.
Tratamiento por radiación.
En algunos casos, la situación, extensión o condiciones del tejido anexo, hacen imposible la cirugía. En estas situaciones, se recomienda la radioterapia de placa que es sumamente efectiva.
En todo caso y más allá de las consideraciones en torno a la estética, es el oftalmólogo que te atiende, quien puede orientarte en torno al mejor tratamiento. Es importante recordar que mientras no se haga agresivo y crezca inapropiadamente, el nevus ocular debe ser considerado como un lunar, es decir, una mancha inofensiva a la que no debemos considerar como importante. Sin embargo, la mejor recomendación es estar atentos a su evolución para tomar una decisión oportunamente.