pupilas mioticasAl hablar del funcionamiento de los ojos, reconocemos la presencia de múltiples estructuras funcionales. Retina, cristalino, bastones, conos…, en fin, elementos que trabajan en conjunto, cada uno con su función específica perfectamente adaptada. El caso de la pupila es interesante porque se relaciona con la tarea básica de permitir la entrada de la luz al sistema visual. Se cierra o abre según sea la necesidad o situación. En este caso, haremos referencia a las pupilas mióticas o puntiformes como una de las reacciones a la presencia de la luz y el trabajo de órgano ocular.

La pupila puntiforme

Como su nombre indica, se trata de una pupila que presenta una forma determinada, identificada con un pequeño punto. Se trata de una reacción a determinados estímulos en los que prevalece el exceso de luz, por lo que la pupila tiende a cerrarse para reducir el paso de la misma a la zona de decodificación. También se denomina pupila miótica, correspondiente al proceso específico que opera en el ojo para cerrar la pupila, reduciéndola a un punto mínimo.

Sobre el funcionamiento de la pupila

Para entender la miosis, debemos comprender cabalmente el funcionamiento de la pupila. La misma es una estructura con la función específica de regular el paso de la luz al ojo. Para cumplir dicha función, presenta una serie de fibras musculares entre las que destaca el músculo ciliar, que cierra el paso a una orden del cerebro. En casos en los que existe muy poca luz, sucede lo contrario, la pupila se dilata, pero en una situación contraria, simplemente se contrae. La importancia de este proceso, es que permite que la retina funcione con la luz adecuada impidiendo que sufra por los excesos.

¿Cuándo podemos considerar que la pupila no funciona adecuadamente?

Existen algunas situaciones en las que la pupila no trabaja de manera normal y se queda contraída a pesar de las condiciones de luminosidad adecuadas. Evidentemente eso implica una falla en la visión, sobre todo porque se requiere de la apertura pupilar para recibir la luz suficiente en la retina. En estos casos, se presenta una miosis patológica. Es lógico presumir que este tipo de afección debe ser evaluada y tratada de inmediato, porque señala una falla grave en el procesamiento de la información lumínica.

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Causas de las pupilas mióticas

Existen muchas condiciones que pueden generar una miosis patológica. Debemos hacer especial énfasis en las situaciones en las que las pupilas puntiformes se presentan de manera constante o permanente. Entre las causas más comunes tenemos:

–          Consumo de drogas, particularmente los opiáceos, como la heroína, metadona o cocaína. Las sobredosis de estas sustancias, suelen ser acompañadas de una contracción extrema de la pupila, hasta el punto de ser denominadas pupilas de alfiler.

–          Accidentes cerebrovasculares, tumores o lesiones medulares que afectan el área ocular, como en el caso del síndrome de Horner.

–          Otras afecciones del sistema nervioso, como las hemorragias en el puente troncoencefálico.

–          Exposición a sustancias químicas que estimulan la contracción pupilar, entre las que podemos encontrar algunos productos agroindustriales. En estos casos, se trata de compuestos organofosforados, utilizados en fertilizantes y pesticidas. Por esto, es común que se presenten casos entre los trabajadores agrícolas.

Es de suma importancia que este tipo de problemas sea atendido de manera inmediata, porque como hemos podido observar, se trata de una condición que señala otro problema más grave.

Posibles tratamientos para las pupilas mióticas

Como indicamos en el punto anterior, las pupilas mióticas son el indicio de un problema que puede ser mucho más grave. De allí que su tratamiento comience precisamente por la determinación de las causas probables para avanzar en el tratamiento.

Visita a un oftalmólogo

Esta es la primera acción lógica cuando se presume de la presencia de las pupilas puntiformes. La sensación de opacidad en el ambiente, así como dificultades para enfocar, son indicios que interesaran al médico tratante en esta primera fase. En estos casos, las valoraciones se realizan en ambientes oscuros, porque esto promueve que la pupila intente dilatarse, dado el caso que no suceda, estamos frente a una situación de pupilas mióticas.

En el manejo inicial del problema, se solicita al paciente que abra y cierre los ojos. El cierre contraerá naturalmente la pupila, pero en la apertura, presentará una tendencia a contraerlas por el impacto de la luz existente en el ambiente. También se realiza el procedimiento cuando la persona esta inconsciente, tapando y descubriendo los ojos, que reaccionan instintivamente.

Procesamientos por consumo de drogas

La evaluación de estos casos, normalmente se relaciona con consumo excesivo de drogas. En caso de detectarse dicha situación, lo ideal es proceder a un lavado gástrico inmediato para eliminar la mayor cantidad de sustancia posible. En este mismo sentido, se realizan diversos procedimientos para incrementar la capacidad cardiorrespiratoria, que normalmente se ve reducida.

Casos de hemorragias cerebrales

El procedimiento implica liberar parte de la presión sanguínea para impedir daños ulteriores. La valoración en estos casos es fundamental en relación con el tiempo, porque se trata de situaciones de emergencia.

Al contrario de las pupilas dilatadas, las pupilas puntiformes son un indicio de situaciones graves que deben ser atendidas de inmediato.

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¿Quien es el autor?

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Dra. Diana Parra

Oftalmólogo Certificado
Experta en Cirugía Láser

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