El cuerpo humano es complejo y sus sistemas, interdependientes. Es una delicada y efectiva maquinaria que trabaja en función de numerosas interconexiones. Una de la más importantes es la relacionada con el sistema vascular, los pequeños vasos que irrigan los órganos con sangre, que mantienen, a su vez, el proceso de consumo y generación de energía. Este sistema tan particular opera bajo la premisa de la física de los líquidos. Para moverse, requiere presión hidráulica y la misma puede mostrar variaciones en lo que se conoce como tensión. El sistema ocular, depende en grado importante de este concepto, pero en relación con otros líquidos, como el humor acuoso y el vítreo. Cuando se desequilibran los procesos implícitos, es posible que se genere un cuadro de alta tensión ocular que requiera de tratamiento específico.
¿Qué encontrarás en este artículo?
En primer término, ¿Qué es la tensión ocular?
Como indicamos anteriormente, los líquidos, requieren de una fuerza que los impulse o que los mantenga en una determinada condición. En el caso de los componentes del sistema de visión, principalmente en los ojos, se encuentran algunos elementos en este estado físico. Los mismos, relacionan su trabajo con el mantenimiento de la forma del globo ocular, que a su vez, se refiere a la función de refracción adecuada de la luz para complementar la visión. Entonces, la tensión ocular, sería la presión requerida para la correcta forma y posición del ojo en el proceso que le corresponde.
¿Cómo bajar la presión del ojo?
El proceso a través del cual, la tensión ocular puede subir es diverso y obedece a muchos elementos que se conjugan. Desde problemas físicos como la presencia de cuadros de enfermedades cardiovasculares, o diabetes. Asimismo, condiciones relacionadas con hábitos inadecuados de alimentación, tabaquismo, alcoholismo, drogadicción. Se agregan otros factores externos como el estrés, condiciones de salubridad, exposición a elementos naturales adversos. En fin, las razones pueden ser muchas.
En este caso, bajar la presión del ojo, dependerá de la causa que genere el cuadro patológico particular. Sin embargo, existen algunas medidas básicas a tomar en consideración, entre las que podemos nombrar:
- Evidentemente la primera será acudir a un oftalmólogo así como a un médico especializado en problemas vasculares. La determinación temprana de las causas del problema, incidirá, de manera directa en la solucion que le demos al mismo.
- Controlar el estrés, sobre todo cuando se ha detectado que el problema es de índole externo. Técnicas de relajación, descanso, retirarse del espacio que causa el desequilibrio emocional, son solo algunas de las cosas que podemos hacer.
- Medicación, tanto en vía oral como con colirios que disminuyen la presión intraocular. Por supuesto que este paso, solo debe realizarse bajo estricta supervisión médica, y siguiendo al pie de la letra las instrucciones que nos hayan dado. Es esencial comprender la complejidad del sistema vascular y de la física de los líquidos implícita. Cualquier variación inadecuada, puede causar daños irreversibles y solo un especialista puede valorar cada situación en su dimensión adecuada y justa.
- Las dietas equilibradas, con proporciones adecuadas de sal y grasas, también colaboran. No se trata de adelgazar, sino de evitar ciertos alimentos y condiciones que incrementan los riesgos para el sistema vascular. Por ejemplo, la sal aumenta la presión y esto afecta de manera directa la presión en el ojo.
- Disminuir la exposición a luces intensas y elementos tecnológicos con pantallas muy brillantes. La idea detrás de esto es que el reacomodo de nuestro sistema de visión, genera un estrés innecesario en sus estructuras que afecta los líquidos que hay en él y por lo tanto, incrementan la presión.
¿Cuáles son los síntomas de la presión ocular?
La presión ocular puede manifestarse de manera que la notemos, aunque en algunas ocasiones pasa desapercibida. Sin embargo, condiciones como el dolor de cabeza intenso y focalizado en el área ocular, así como el enrojecimiento de los ojos, es una señal de alarma. Así mismo, la visión borrosa, o incluso la pérdida gradual de la visión, deben llamar nuestra atención. Un aspecto que es complementario, es la sensación de nausea e incluso vómito, que puede acompañar a los síntomas anteriores.
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¿Cuál es la presión normal del ojo?
Lo normal es que la presión ocular, se encuentre por debajo de 21 mmHG. El rango de hecho sería entre 10 mmHG y 20 mmHG. Cualquier incremento es una condición que debe considerarse como un peligro latente para la persona.
¿Cómo se mide la tensión ocular?
Se utiliza un equipo especializado que se denomina tonómetro. El mismo, simplemente toma en consideración la forma del ojo y el tono del mismo para reconocer la estructura y de esta manera, identificar la presión interna. Existe un factor de fluctuación que el médico debe valorar para encontrar una media que señala la verdadera presión final.
¿Qué gotas son buenas para la presión ocular?
Las alternativas para el tratamiento externo son muchas, basadas en prostaglandinas. Este tipo de medicamento, mejora el drenaje de líquido lo que disminuye la presión. Existen varias fórmulas específicas como el latanoprost (Xalatan), travoprost (Travatan Z), tafluprost (Zioptan), bimatoprost (Lumigan) y latanoprosteno bunod (Vyzulta). Su administración, sin embargo, es delicada, solo debe realizarse bajo una valoración anterior de cada caso y en función de un tratamiento integral. Por supuesto que la presencia y asesoramiento por parte de un oftalmólogo, debe ser la norma y no la excepción.
¿Qué pasa cuando la presión ocular es baja?
Se trata de una dolencia asociada a una forma de glaucoma particular, denominado de presión baja. Generalmente, la presión ocular baja, termina por dañar el nervio óptico, por la exigencia verificada sobre el ojo y su funcionamiento adecuado.
¿Cómo bajar presión alta rápido?
Existen situaciones de emergencia que requieren medidas drásticas para lograr que el problema no avance y sea imposible de manejar. En casos en los que la presión ocular aumenta rápidamente, se pueden ejecutar algunas acciones dirigidas a disminuirla:
- Reducir cualquier fuente de estrés ocular, como luces fuertes, pantallas luminosas y similares.
- Disminuir cualquier factor externo que provoque confusión como ruidos fuertes. La idea es que debemos detectar si es tensión ocular u otro fenómeno asociado.
- Tener a mano un medicamento especializado en el drenaje de líquido desde el humor acuoso. Si hemos presentado esta situación con anterioridad, debemos elaborar un protocolo para tener a mano el medicamento y colocarlo rápidamente.
La tensión ocular es un problema más frecuente de lo que se piensa. Es una causa directa para la aparición del glaucoma y su control es relativamente sencillo, pero indispensablemente debemos acudir al médico, cuando sospechamos de su existencia.