Cuando tenemos una visión borrosa, dificultades para el enfoque de objetos cercanos y con poca claridad es posible que suframos hipermetropía. Es una dolencia óptica relativamente común, hasta el punto de que se estima que 20% de la población la padece. Asimismo, se trata de una condición que puede asociarse al astigmatismo, sobre el que hablaremos en otro artículo. A continuación, ofrecemos algunos detalles y características de la hipermetropía, su origen, síntomas y tratamiento común.
¿Qué encontrarás en este artículo?
La hipermetropía y su origen
Se trata de una enfermedad asociada a la refracción de la luz en la retina. Las imágenes son asociaciones de luz que entran en nuestro sistema de visión a través de los ojos. El cristalino traslada la energía lumínica a la retina para su correspondiente decodificación. En algunos casos, alguna de estas partes funciona de manera inadecuada y produce problemas como la hipermetropía.
En este caso particular, la imagen no se enfoca directamente en la retina, sino detrás de ella, lo que origina el problema. De esta forma, la imagen termina siendo borrosa, pero solo para los objetos cercanos, por el contrario, las imágenes lejanas son captadas con normalidad.
Causas de la hipermetropía
Las causas son variadas y, de hecho, se considera que es una dolencia que, en muchos casos, es hereditaria. Entra las causas encontramos:
- El ojo del hipermétrope es más corto de lo normal, generando problemas de enfoque de la luz en la retina que no se adapta a esta dimensión.
- Otros elementos del sistema como la córnea o el cristalino presentan defectos que los hacen ópticamente menos potentes. De esta forma, la cantidad de luz y la posición no permiten que converja en el sitio e intensidad indicados.
- Es importante que no se confunda con la presbicia, sobre todo, en personas mayores de 40 años. Aun cuando es un defecto de refracción bastante similar que puede aparecer desde el nacimiento, no es de carácter degenerativo.
- Es fundamental comprender la incidencia del factor hereditario como una causa del por qué se da la hipermetropía, sobre todo, a título preventivo temprano.
Síntomas de la hipermetropía
Al tratarse de un defecto de refracción, lo más común es que se presenten situaciones como:
- Problemas de enfoque en objetos cercanos.
- Sensación de vista cansada por el esfuerzo, así como la pérdida gradual de la visión en general. Es decir, se va perdiendo la capacidad de ver objetos lejanos nítidamente.
- La incomodidad, normalmente, impide el enfoque adecuado obligando a entrecerrar los ojos para mejorarlo.
- Dolor y ardor en los ojos o en la zona que los bordea.
- En algunos casos, se presentan dolores de cabeza, originados por el esfuerzo de enfoque en tareas cotidianas como la lectura. También cuando se presenta un uso prolongado de computadoras o actividades que demandan concentración visual.
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El tratamiento prescrito por el oftalmólogo en el manejo de la hipermetropía
Es un punto relativo a la complejidad del problema y al momento en el que se ha detectado. Como señalamos anteriormente, se puede nacer con este defecto de refracción y detectarlo tempranamente. De allí la variabilidad en el tratamiento o manejo del mismo. Sin embargo, la primera acción indiscutiblemente se refiere a la visita a nuestro oftalmólogo de confianza. En este caso se recomienda una periodicidad relativa a la intensidad de la molestia sufrida, pero después de los 40 años y, sobre todo, ante la posibilidad de otras enfermedades, la revisión debe ser bianual.
Por otra parte, existen varias alternativas de carácter diverso para el tratamiento de la hipermetropía tales como:
- Fundamentalmente, todo tratamiento debe iniciarse con una revisión diagnóstica del problema. La misma valora la calidad refractiva del sistema visual así como la forma y condiciones del ojo en general.
- Asignación de gafas medicadas por parte de un oftalmólogo. En este tipo de tratamiento, la idea es corregir, a través de compensación, los defectos en la forma del ojo, sobre todo, en lo relacionado con la curvatura de la córnea. Es vital que el paciente hipermétrope no adquiera gafas comerciales, sin la correspondiente prescripción.
- Tratamientos quirúrgicos especializados como las cirugías Lasik, PRK/Lasek, así como la implantación de lentes intraoculares Sin embargo, estas intervenciones no son útiles en todos los casos. Es fundamental que el paciente hipermétrope evalúe, junto con su oftalmólogo, la viabilidad de cada tratamiento.
Los tipos de lentes para la corrección de la hipermetropía
No existe un solo tipo de gafas recetadas para disminuir el efecto en el paciente hipermétrope. De hecho se pueden dar casos de lentes diversas con aplicaciones correctivas conjuntas. Estos son los tipos:
Anteojos o gafas de lentes convergentes. Se trata de la más simple y directa de las formas de combatir los efectos de la hipermetropía. Se pueden encontrar de visión única o de foco diverso, como bifocales, trifocales o progresivos. Asimismo, pueden ser transparentes o de protección específica como las lentes fotocromáticas. Por razones de dimensión de las lentes, el peso y tamaño son factores esenciales para tomar en cuenta en su diseño.
Lentes de contacto, en las que existe una variedad notable, desde su rigidez, hasta el diseño. Asimismo, ofrecen diferentes tipos de enfoque desde mono-visión hasta multifocales. En todo caso, su asignación debe ser el producto de la valoración del oftalmólogo.
En fin, ¿Cuál es el mejor tratamiento para corregir la hipermetropía?
Es una pregunta interesante, pero que solo puede responder con exactitud el oftalmólogo, después de una correcta evaluación del problema. No todas las soluciones son para todas las personas. En algunos casos, la simple asignación de lentes con receta mejora el problema y de hecho lo corrige. En otros, los lentes de contacto pueden resolver, pero no es la mejor opción cuando el problema es progresivo.
Asimismo, las cirugías son más efectivas, desde la perspectiva de modificar definitivamente la causa del problema, pero siempre dependerán de la evaluación preoperatoria. Además, es necesario tomar en cuenta que el máximo de dioptrías para realizar una intervención de este tipo es de 5.
Otros aspectos a tomar en cuenta
La valoración temprana es fundamental, por muchas razones más allá de las lógicas. Existen algunas condiciones que no se evidentes como la hipermetropía latente. Es un caso curioso desde la perspectiva médica porque es una forma de “ocultar” el problema. En efecto, el musculo ciliar modifica la forma del ojo para adaptarlo a la necesidad de visión. Sin embargo, el problema se encuentra allí y solo es detectable si se limita la función muscular. El oftalmólogo debe realizar un procedimiento para poder detectar esta condición porque la misma puede aparecer de un momento a otro.
Por otra parte, el manejo y tratamiento de la hipermetropía es fundamentalmente un asunto de especialistas. La automedicación puede derivar en problemas mayores y en la necesidad de intervenciones que, de otra forma, no habrían resultado necesarias. Si deseas conocer más sobre el tema puedes entrar aquí y recibirás la información pertinente.