presbicia
La visión, así como el resto de nuestros sistemas corporales, se encuentra sujeta a deterioro. Es lógico pensar que, el paso del tiempo termina por hacer mella en muchas de nuestras capacidades sensoriales. La vista es una de esas partes que evidencia el paso de los años. Es el caso asociado a la presbicia o lo que, comúnmente, denominamos “vista cansada” que sucede normalmente hacia los 40 a 45 años de vida; es una dolencia que empeora con los años.

La vista con presbicia

Lo primero que debemos entender es que esta es una enfermedad degenerativa, producto de un desgaste paulatino, pero constante del sistema de visión. Por ello, es un problema que se presenta, fundamentalmente, a partir de la cuarta década de vida. Se trata de hecho del envejecimiento del cristalino que impide que la recepción de la luz sea adecuada. En muchos sentidos, es un proceso lógico y, si bien no representa un problema grave, si debe evaluarse para evitar confusiones.

Se estima que al menos el 98% de las personas mayores de 65 años sufren de presbicia. Si a esto le sumamos el uso extendido de dispositivos con pantallas de intensa luminosidad, resulta en situación más común de lo que se cree, acelerando su aparición antes de los 40 años.

Síntomas de la presbicia

Se trata de una dolencia que ocurre de manera paulatina, casi silenciosa en el sentido que no es un problema generalizado ni grave al principio. Existen algunos indicios importantes como:

  • Se suelen alejar las lecturas más allá de la distancia normal para poder visualizar lo escrito. Es común observar a las personas con presbicia alejando las lecturas a la distancias del brazo extendido.
  • Se presenta una dificultad para apreciar detalles pequeños en imágenes que, anteriormente, nos resultaban sencillas de visualizar.
  • Los objetos cercanos mantienen una imagen dispersa o poco enfocada.
  • Dolor de cabeza y dificultades mayores cuando tienes que leer o enfocar la vista en sitios poco iluminados.
  • Sensación de cansancio ocular cuando realizas tareas que exigen concentración visual.
  • Los síntomas son similares a los del astigmatismo, pero al contrario de este último, no se afecta la visión de objetos lejanos. Otra diferencia es que el astigmatismo aparece muy temprano, es básicamente hereditario y no es producto del desgaste natural del cuerpo.

Causas de la presbicia

Como hemos señalado, se trata de un proceso natural de envejecimiento y no se debe considerar como una enfermedad. Al contrario de otras dolencias como la miopía o la hipermetropía, resulta lógico que se presente a una edad considerable de uso de nuestros ojos.  Para comprender adecuadamente el proceso, debemos poner atención al desgaste en el proceso de acomodación. El cristalino pierde flexibilidad y los músculos que lo controlan se hacen más débiles. De esta forma, la acomodación necesaria para diferentes distancias se ve afectada y con ello, nuestra visión en general, pero particularmente la cercana, que es la que más utilizamos.

¿Se puede prevenir la presbicia?

Es quizá una de las dudas más frecuentes que nos planteamos en la expectativa de algún tratamiento formal para la presbicia. Sin embargo, se trata de un proceso natural que va a suceder más allá de lo que hagamos. El envejecimiento de las estructuras oculares es inevitable y debemos hablar de corrección más que de prevención. Es decir, una vez que se presenta, existen mecanismos para disminuir sus efectos negativos.

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Corrigiendo la presbicia

En este caso, optamos por varias soluciones según sea la intensidad de las molestias. Es fundamental comprender que cualquiera de las alternativas por las que optemos, deben ser referidas por un oftalmólogo. Las más comunes de las medidas son:

  • La primera y más importante medida es la visita al oftalmólogo para que diagnostique la situación y la medida de corrección.
  • Uso de gafas recetadas, las mismas pueden ser de diferentes tipos, desde las lentes de enfoque único, para lectura, pasando por las bifocales con dos puntos de enfoque. Así mismo, las multifocales que pueden ser utilizadas para acomodación a distancias diversas. En estos casos, cuando se empieza a presentar el problema, lo ideal es el uso de gafas progresivas que permiten adaptación a diferentes distancias.
  • Las lentes de contacto son una opción, pero no es muy común por las dificultades para algunas personas. Hay una opción que son las lentillas progresivas, pero presentan algunos problemas de adaptación. Sin embargo, son ideales para periodos de ocio o descanso cuando no es necesario. o imperativo, leer o aplicar la visión cercana en alguna actividad determinada.
  • En algunos casos, se puede optar por cirugía láser para restaurar las condiciones del cristalino, pero es solo temporal porque el proceso degenerativo continuará.
  • También pueden realizarse implantes intracorneales o sustituir el cristalino por un lente artificial. Como toda intervención es una operación delicada que debe ser consultada exhaustivamente, pero no es algo extraordinario.

¿Existen riesgos en la operación para corregir la presbicia?

Fundamentalmente, toda operación implica una serie de riesgos inherentes tanto al procedimiento como a las condiciones en las que se realiza. A pesar de esto, el desarrollo y evolución de técnicas, sobre todo, en la sustitución por lentes artificiales, ha avanzado notablemente hasta el punto de convertir este tipo de intervenciones en actividades comunes. Asimismo, sus costos son relativamente bajos, incluyendo consulta y tratamiento por cada ojo. Incluso, algunas instituciones médicas tienen planes de financiamiento para hacer más accesible el procedimiento.

Como puedes observar, la presbicia no es realmente una enfermedad, sino un problema por el que todo podemos pasar.

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¿Quien es el autor?

Dra. Diana Parra

Dra. Diana Parra

Oftalmólogo Certificado
Experta en Cirugía Láser

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