examen de la vistaIr al oftalmólogo por primera vez puede generar estrés. Aun así, debemos hacerlo parte de nuestra rutina, pues una revisión periódica puede ayudarte a detectar potenciales problemas de la vista que se pueden complicar si se deja pasar el tiempo. A continuación, te explicamos cómo hacer un examen de la vista explicando sus pasos para que te lo tomes con calma.

¿Por qué debemos realizarnos un examen de la vista?

La vista resulta un sentido de tal importancia que su limitación puede causar problemas en el largo plazo. Esta es la razón principal para realizar el examen.

Además, hay un punto fundamental en esta decisión de hacerte un examen de la vista y se refiere a la posibilidad de detectar problemas ocultos. Muchas dolencias como la presbicia o similares, son el producto de un proceso de envejecimiento. No podemos pararla, pero si reconocer el inicio y controlar en la medida de lo posible. Esto solo se puede alcanzar si nos evaluamos constantemente.

El momento para realizar nuestros exámenes de la vista

La periodicidad varía en función de aspectos físicos y emocionales. Sin embargo, existen algunos puntos en común que pueden orientarte para determinar las fechas.

  • No existe un periodo ideal, se trata de precaución. Sin embargo, si tienes algunos indicios previos como factores hereditarios, lo ideal es un examen bianual.
  • Ante la presencia de determinadas condiciones, como cansancio visual, pérdida de la agudeza de la visión, dolor en los ojos, molestias al manejar o leer. Todos estos son indicios de problemas asociados a la visión que pueden corregirse. Al momento de presentarse, lo adecuado es acudir a realizar nuestro examen de la vista.
  • Accidentes que comprometen áreas cercanas a nuestros ojos, o directamente sobre ellos. Objetos extraños que puedan dañar la córnea o causar molestias. Es otra ocasión para acudir a nuestro examen, solo que con carácter de urgencia.
  • Después de los 40 años nuestra visión se degenera, por ello, una revisión anual sería lo ideal. Asimismo, si ya poseemos soluciones aplicadas como lentes o tratamientos específicos, la visita para el examen es una decisión del oftalmólogo que nos atiende.
  • Otro momento para realizarse este tipo de exámenes es cuando tenemos algún tipo de enfermedad que pueda afectar nuestra visión. Diabetes, hipertensión o similares, componen el espacio perfecto para una revisión integral que incluirá la presión ocular.

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Tipos comunes de exámenes de la vista

En este caso, es necesario reconocer qué tipo de examen debes realizarte, aunque es una tarea que le asignamos a nuestro médico. Normalmente, los exámenes de la vista se estipulan de acuerdo con la complicación que presentamos y la misma se refiere a la distancia, es decir, exámenes para ver de cerca y de lejos. Este tipo de examen es común a partir de los 40 años con una frecuencia anual por los cambios que se presentan en la visión.
Además, existen exámenes especializados, como los que determinan la presión ocular o la deformación de las estructuras del sistema de visión. Asimismo, para definir la densidad de los líquidos oculares, índices de refracción de la luz, entre muchos otros. Estos se realizan bajo prescripción facultativa y ante la presencia de determinadas condiciones que los requieren.

El proceso de examinar nuestra visión

Se trata de un proceso rutinario que puede causar algún tipo de ansiedad. Sin embargo, es una actividad bastante sencilla, que solo requiere de ponerse en las manos de un especialista. La ejecución, por ejemplo, del test de Snellen es bastante convencional siguiendo pasos comunes, como:

  • Disponer de una tabla transcrita en dos tamaños. El primero para lectura cercana y el segundo para cierta distancia (de 5 a 6 metros). En dicha tabla, se presentan una serie de líneas transcritas con letras o signos que el paciente debe reconocer. Las líneas van decreciendo en el tamaño de los tipos transcritos. La escala es estándar para todos los consultorios desde 20 puntos hasta 6 puntos.
  • Puede disponerse de monitores computarizados para realizar esta prueba, pero tomando en consideración distancias y luminosidad.
  • La lectura se realiza tapando uno de nuestros ojos, sin hacer presión sobre el mismo.
  • Se intenta la lectura de las líneas hasta llegar a la que nos resulta imposible de leer.
  • Se repite la operación con el otro ojo. Si se tienen lentes recetados, se debe realizar con los mismos colocados en posición normal de lectura.

Este examen determina nuestra agudeza visual y establece dolencias comunes, así como la graduación que requerimos para nuestros lentes. Detecta dolencias como miopía, hipermetropía y astigmatismo.

Exámenes complementarios

En este caso, se trata de algunos test especializados que requieren de equipos y procedimientos diversos. Veamos algunos:

  • El test de Ishihara que define la percepción de los colores, es muy simple, se trata de identificar un número o letra en un entorno de muchos colores y formas. Se realiza de manera similar al anterior test de Snellen, con un ojo primero y después con el otro. Con este se diagnostica el daltonismo.
  • El examen OCT, que es una tomografía de coherencia óptica. Determina el índice de refracción y las causas para que el mismo no sea el adecuado. Se realiza en una máquina especializada, pero no tiene mayores requerimientos por parte del paciente, más que calma y cuidado. El resultado de este examen puede indicarnos la posibilidad de una intervención quirúrgica.

Existen muchos otros exámenes, pero todos son relativamente similares, con tablas o herramientas de visualización. O con equipos para casos más complejos. Pero todos, tienen en común que no son dolorosos y se realizan con atención a protocolos específicos.

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¿Quien es el autor?

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Dra. Diana Parra

Oftalmólogo Certificado
Experta en Cirugía Láser

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